La noche que transcurre entre el 14 y el 15 de agosto tiene un especial significado en las fiestas de Elche. Al
final de la primera parte del Misterio que se representa en la tarde
del día 14, la Virgen muere rodeada de los apóstoles y, mientras su alma
es subida al cielo de la iglesia de Santa María por el coro del
Araceli, su cuerpo queda expuesto a la veneración de los fieles en el
cadafal de la Basílica. Durante toda la noche serán miles los ilicitanos
que velarán este cuerpo en la tradicional Roà: con cirios encendidos
recorrerán las mismas calles por las que, en la mañana siguiente, pasará
la procesión del entierro de María. Es noche de cumplir promesas hechas
en días de angustia, de recordar a familiares enfermos o difuntos, es
noche en la que se entremezclan sentimientos y devociones con regocijos y
alegrías
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